jueves, 19 de febrero de 2015

Impulse, de Dave Bara


Banda sonora de la reseña: Sugiero leer esta reseña escuchando Raspberry Jam Delta-V, de Joe Satriani (Spotify, Youtube).

Mi género literario favorito es, con mucha diferencia, la ciencia ficción. Sin embargo, al echar cuentas, me da la impresión de que acabo leyendo más fantasía que cualquier otra cosa. Es uno de los géneros más populares hoy en día y hay tantos nuevos lanzamientos que es fácil dejarse llevar y pasar la mayor parte del tiempo leyéndolos. Por ello, este año tengo el propósito informal de buscar más novelas y autores nuevos de ciencia ficción, especialmente en todo lo que tenga que ver con grandes naves espaciales.

Impulse, de Dave Bara, es precisamente uno de esos libros y aunque la portada de la edición británica me echaba un poco para atrás (la de la america, de Stephan Martiniere, sin embargo es excelente), decidí darle una oportunidad después de leer opiniones positivas en varios blogs y foros online. Debo decir que, aunque no me arrepiento de mi decisión, me es imposible evitar sentirme no muy satisfecho con lo que me he encontrado.

La historia es bastante entretenida, pero un poco simplista. Me gustó especialmente la mezcla entre ciencia ficción bélica y space opera, algo que es más evidente en el tercio final de la novela. El world-building no es especialmente original, pero es bastante intrigante, con conflictos entre distintas facciones y sus objetivos políticos, imperios perdidos, artefactos antiquísimos y razas olvidadas. La trama, sin embargo, es muy lineal e inocente, más similar a una película de Star Trek que a una novela de la Nueva Space Opera. Si esperas encontrar algo en la línea de Banks, Hamilton, Asher o Reynolds creo que te sentirás decepcionado. 

La caracterización también es simplista, con una visión muy idealizada del ejército. Los protagonistas son siempre hombres y mujeres de honor de los pies a la cabeza y el personaje principal, Peter Cochrane, es el summum de las virtudes. Estaba destinado a ser un gran jugador de fútbol y cuando se vio obligado a cambiar su carrera por la armada también destacó en eso, por supuesto. Es bueno en la esgrima, el ajedrez y cualquier otro juego. Su intuición casi siempre es la correcta y, no hace falta ni decirlo, todas las mujeres se enamoran de él porque sí. Lo siento, pero éste es el tipo de personaje que ya no soy capaz de creerme.

Todo estoy podría llegar a ser perdonable, pero lo que no me gustó en absoluto es la cantidad de errores e inconsistencias de la novela. Algunos de ellos son molestos pero triviales. Por ejemplo, uno de los personajes es descrito primero como "five-foot-seven" y, más adelante, como "barely five-foot-five" y una clara falta de comprensión en cómo se valoran las piezas del ajedrez (sin tener en cuenta la posición, una torre vale un alfil y DOS peones, Sr. Bara). Otros detalles son simplemente inaceptables en una historia de ciencia ficción seria. Unos sencillos cálculos muestran que las naves deberían soportar cientos (si no miles) de g's de aceleración durante un extenso periodo de tiempo o decelerar desde casi la mitad de la velocidad de la luz hasta detenerse en unos segundos. Cómo se puede lograr eso sin convertir a la tripulación en la proverbial mermelada de frambuesa no es considerado de suficiente importancia como para siquiera mencionarlo.

En realidad, las batallas especiales me parecieron muy poco realistas. Por un lado, las capacidades y limitaciones de las tecnologías están muy poco claras y son usadas muchas veces como magia. Por otro, los cambios abruptos de dirección y bruscos giros de las naves, incluso sin considerar las imposibilidades físicas mencionadas más arriba, hacen que las batallas se parezcan más a algo que podría suceder en el mar que en el vacío del espacio. Por ejemplo, en algunas ocasiones, las naves parecen necesitar tener sus impulsores conectados siempre que quieren moverse, como si la inercia no existiera. Puede que esté siendo un poco quisquilloso con esto, pero debo decir que este tipo de (importantes) detalles me sacaron de la lectura una y otra vez, sobre todo a la vista de los altos estándares impuestos por autores como Alastair ReynoldsCharles Stross.

Además, algunos de los personajes expresan ideologías que pueden ser potencialmente ofensivas para algunos lectores. Estoy pensando en cosas como "It's no fun putting your life on the line with atheists in space", "Perhaps now isn't the time for diversity for diversity's sake" y otras que, aunque no demasiado abundantes, están destinadas a ser controvertidas.

Por todas estas razones, sólo puedo recomendar Impulse a aquellos lectores que prefieren la ci-fi televisiva sobre las tramas oscuras, retorcidas y ambiguas de la space opera moderna, que no se molestan si la ciencia de su ciencia ficción no tiene una base sólida y que no se ofenden fácilmente con generalizaciones groseras y estereotipos. No es mi caso, sin embargo, por lo que no es probable que me anime a leer la siguiente entrega de la serie.

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4 comentarios:

  1. Reconozco que soy mucho menos quisquilloso con esos detalles, y llevo mucho mejor lo de los personajes 'tan perfectos que dan asco', así que imagino que a mí esta novela me gustaría. Además, me llama mucho la primera de las portadas. Tópica como ella sola, pero tiene algo.

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  2. Pues igual te gusta, todo es probar. Y confieso que la portada de Martiniere fue lo que me dio el empujón definitivo. Martiniere es mucho Martiniere.

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  3. ¡Wow! una para leer seguro ;-D (en cuanto la traduzcan al español). Ya sabes que me pirran las inconsistencias científicas siempre y cuando haya batallas espaciales, luchas legendarias y acción a tutiplén.

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  4. Si es que la traducen al español... Batallas, luchas y acción no son incompatibles con rigor científico, por cierto ;)

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