miércoles, 6 de septiembre de 2017

Antonio Díaz reseña Empire Games, de Charles Stross


Antonio Díaz inaugura el nuevo curso con la reseña de una de las novelas más recientes de Charles Stross: Empire Games. ¡Espero que os guste!

Banda sonora de la reseña: Antonio sugiere leer esta reseña escuchando Nuclear War, de New Politics (Spotify, YouTube)

Charles Stross es un autor cuya obra siempre me ha infundido un temor reverencial. Mi formación de letras me ha hecho muy temeroso de la ciencia ficción hard y siempre me ha dado la impresión de que sus títulos más famosos como Accelerando o Singularity Sky serían demasiado para mí. Tiempo más tarde descubrí The Atrocity Archives y, aunque animado por su combinación con el humor (y con que iba a conocer al autor en la pasada Eurocon) la compré, todavía no me he atrevido con ella. Quizás por miedo a todas esas referencias matemáticas e informáticas que dicen contiene o simplemente porque, como bien dice la sabia Leticia Lara: NMDLV.

Sin embargo, es muy posible que esta impresión fuese errónea. La traducción de El archivo de atrocidades ha tenido mucho éxito y la gente del Celsius (y el resto del fandom) la recomienda casi unánimemente. Antes de que tuviera oportunidad para pensarlo dos veces, la tiranía de las novedades, que me empuja inexorablemente hacia adelante, me ha dado la oportunidad de aventurarme en la obra del autor con su última novela (en el momento de escribir esta reseña ya es la penúltima, tras la octava entrega de Laundry Files): Empire Games. ¡Lo que me estaba perdiendo!

Empire Games es la primera novela de una saga llamada de la misma manera. Aunque no me consta cuántas entregas tendrá (Stross tiene varias sagas en su haber), ya están confirmadas la segunda, Null States, y la tercera: Invisible Sun.

Lo que yo no sabía al comenzarla (porque a veces soy muy de lanzarme a por un libro por el nombre del autor, por la portada o por una sinopsis atractiva) es que es la “secuela” de otra saga: Merchant Princes. Entrecomillo “secuela” no porque no lo sea estrictu sensu, sino porque puedo asegurar que la lectura de la anterior no es para nada necesaria para la comprensión y desmesurado disfrute de la novela.

Stross te lanza de lleno en un multiuniverso de Tierras paralelas, me imagino que en la línea de la saga de La Tierra larga de Pratchett y Baxter, en la que presenta rápidamente tres de ellas: una en la que los Estados Unidos se ha convertido es un estado totalitario y súper paranoico (una suerte de 1984 actualizado tecnológicamente), otra situada unos años después de la Guerra de la Independencia americana y otra que no es más que un erial nuclear en el que ya no vive nadie. En el prólogo, Stross cuenta que en el 2013 un grupo de terroristas capaces de viajar entre planos (llamados ‘worldwalkers’) hizo detonar una bomba nuclear en la Casa Blanca y, como represalia, Estados Unidos llevó el apocalipsis nuclear a su Tierra. Los miembros supervivientes de este clan de worldwalkers huyen a la Tierra restante, que su enemigo todavía no ha descubierto, y se preparan para cuando ese momento llegue. Este es el inicio de una trama que mezcla una historia de espías con una especulación sobre el futuro cercano terroríficamente realista. 

Dicen que Stross tiene la muñeca floja con el infodump y puedo afirmar que en esta novela así es. Empire Games tiene varios momentos más Le Carré que Fleming, con más descripción que acción, en los que el autor desgrana el funcionamiento de tal o cual agencia gubernamental (en un universo o en el otro) o las diferencias entre la evolución de la anchura de las vías de tren y sus ventajas y desventajas (#truestory). Y, sin embargo, se disfruta porque aunque son frecuentes no se extiende en demasía y, ¡qué demonios!, es interesante saber cuál es la razón detrás de esas vías tan espaciosas.

En apenas 336 páginas, Stross detalla pormenorizadamente su escenario, su historia y su evolución (que resultan fascinantes) y empujan al lector a pedir más y más. Para salpimentar estos capítulos más descriptivos, los alterna con un bildungsroman de corte clasicote protagonizado por Rita, que desde el minuto uno ya sabemos que tiene la capacidad latente de caminar entre mundos (imagino que para ahorrarse dar la sorpresa al personaje 100 páginas más tarde y que el lector bostece). A pesar de lo cual, la historia de Rita se hace ligera y dinámica porque Stross no se entretiene ni se engola en detallar su aprendizaje y su crecimiento más que por encima. Sinceramente, una opción muy acertada, porque aunque entiendo que necesita un personaje que sirva de hilo conductor (para que siga siendo una novela y no una clase de historia alternativa), prefiero seguir leyendo sobre las muy realistas consecuencias de la aplicación efectiva de la tecnología para cambiar de mundo.

Stross presenta con esta novela un escenario genial, y aunque resulte un tanto predecible en términos generales, me muero de ganas de saber por dónde sale en Null States. La prosa del autor es rápida y eficiente y tiene un fino sentido del humor que se deja ver aquí y allá. Stross ha decidido jugar un tanto con la estructura saltando entre diversos puntos de vista (aunque Rita es la protagonista más evidente) e incluso incluyendo algunos capítulos en forma de transcripciones de reuniones ultra secretas en las altas esferas gubernamentales.

Los personajes son un tanto arquetípicos, exceptuando a Angie, que se aleja de la norma y me resulta muy evocadora. El utilizar clichés no es una pega en este caso en el que el escenario es el absoluto protagonista y no deja espacio para nada más.

En resumen, me ha parecido una novela increíblemente entretenida, con un sentido de la maravilla que te empuja a querer saber más y más y con un autor avezado y curtido, que sabe perfectamente lo que quiere contar (y que maneja con precisión absoluta) y con oficio suficiente para no hacerlo en 800 páginas. Sinceramente, prefiero estas entregas más manejables siempre que le dé tiempo en cada entrega a contar todo lo que quiera contar. Además, Empire Games ha eliminado casi totalmente mi temor a profundizar en la obra del autor, demostrando que Stross fácilmente consigue contar algo muy complejo de forma muy asequible. Mientras espero la salida de Null States (Goodreads dice que será para el 11 de enero de 2018), me contentaré con echar un vistazo a The Family Trade, la primera entrega de Merchant Princes.

2 comentarios:

  1. Muy buena reseña, aunque por lo que entiendo el libro tiene casi más de ensayo alternativo que de novela ¿o no?

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    1. Buena cuestión. En realidad es una mezcla, con una idea de fondo ensayística muy parecida a la de Pirate Utopia pero con una ejecución muy superior. Stross quiere hacernos ver cómo sería vivir en un Estado totalitario y ultra paranoico por un lado y en un país que acelera su desarrollo para enfrentarse a un enemigo por el otro. Sin embargo, existe un manejo y una pequeña progresión de personajes y, sobre todo, una continuación donde pienso esos arcos cobrarán más importancia (más que nada porque el escenario ya está descrito).
      Aunque sí que tiene muchas características ensayísticas, es ligero y ameno como una novela.

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